LA CAZA DEL JABALI EN MONTERIA
La caza de montería es una modalidad de caza mayor cuyo origen se pierde en el tiempo. En ella tienen un especialísimo protagonismo los perros de caza, ya que sin ellos sería imposible llevarla a cabo. Han existido y existen diferentes tipos de montería según el territorio donde se lleva a cabo, la manera de entender la caza y la utilización de unas u otras razas de perros.
Durante la Edad Media, en la Península Ibérica se conocieron diferentes tipos de montería. Dos tipos muy peculiares eran la montería con redes y la montería a buitrón, llevadas a cabo sobre todo en el noroeste de la Península Ibérica para la caza dellobo (principalmente en Galicia).
Durante la Edad Media, en España este tipo de montería se realizaba sobre todo para la caza del oso y el jabalí, mientras que, por ejemplo, en Francia tenía una mayor importancia la caza del ciervo. Generalmente se escogía el animal a cazar durante la fase de búsqueda del encame con sabueso atraillado, eligiendo preferentemente como presa un macho adulto en plenitud de facultades
La montería “a la española”[editar]
Este tipo de montería o más bien gran batida se realiza principalmente en el centro y sur de la Península Ibérica, y su existencia es fruto de una evolución que data de unos 300 años, ya que anteriormente la montería en el centro y sur de España era muy similar a la que todavía se lleva a cabo en el norte, tal y como nos transmitió un montero de la andaluza sierra de Segura en su obra “Tratado de la montería”.
En ella se abaten generalmente jabalíes y ciervos, aunque también otras especies como el gamo y el muflón. En un monte o mancha de varios cientos de hectáreas se dispone una serie de armadas, o líneas de puestos con cazadores, que rodean y cubren el terreno. Según su particular ubicación en la mancha, las armadas reciben diversos nombres (cuerda es la más alta; sopié la más baja; traviesa la que atraviesa o se encuentra generalmente en medio de la mancha). Desde un extremo determinado, o desde más de uno, se procede a la suelta de las rehalas que, conducidas por sus respectivos perreros, batirán la mancha en diversas direcciones con el objeto último de que las piezas de caza en su huida traten de atravesar las líneas de cazadores (llamados en el sur monteros) o sean avistadas por estos. A pesar de la apariencia de acción muy planificada, lo cierto es que la montería es una modalidad de caza que requiere de la máxima observación, atención, silencio y puntería (en blanco móvil) por parte del cazador y que ofrece posibilidades reales de escapatoria a jabalíes y venados.
Cada rehala posee entre 10 y 12 colleras (parejas) de perros y es conducida por un perrero o podenquero. La base de la mayoría de rehalas dedicadas a la montería “a la española” consta de perros de tipo podenco, aunque las que están algo más especializadas en el jabalí utilizan preferentemente mestizos de mastín, perro de agarre, podenco y griffon, entre otras.
Una rehala clásica, dedicada a la caza del ciervo y del jabalí, normalmente está compuesta por una mayoría de colleras de podencos puros, una minoría de colleras de mestizos de podenco y mastín y una collera de mastines puros o perros de agarre (con frecuencia alano español o dogo argentino).
No hay comentarios:
Publicar un comentario